domingo, junio 01, 2008

BRACESCO MITÓLOGO

De nuevo, querido lector, tengo el placer de traducir y poner en este tu blog un artículo de Hans van Kastel, aparecido en la revista virtual nº 3 de http://www.beyaeditions.com/, se trata de unos fragmentos de la obra de Bracesco, predecesor de Maier y por lo tanto de Pernety, particularmente me fascina su estilo ya que utiliza las fábulas como poniendo de relieve el arte rabínico de ¿a qué se parece la cosa? Agradecer desde aquí la labor de beya y el acierto y fineza de van Kastel. 
 BRACESCO MITÓLOGO H. van Kastel Recreaban al pueblo con las fábulas, y estas fábulas, con los nombres de los dioses del país servían de velo a su filosofía. Orígenes.[1] INTRODUCCIÓN Para los lectores de los Arcanes très secrets de Michael Maier, Bracesco no les será totalmente desconocido. Maier lo cita en su obra como predecesor en el acercamiento alquímico de la mitología de los Antiguos.[2] Médico originario de la región de Brescia, Giovanni Bracesco en 1544 hizo aparecer una obra redactada en italiano, La Espositione di Geber philosopho, cuya versión latina acabó por imponerse bajo el título De Alchimia dialogi duo. Y en efecto, se trata de dos diálogos en cuyo respectivo contenido, las mismas palabras se mezclan a menudo. El primero, intitulado Diálogo explicando el verdadero y auténtico sentido de los libros de Géber, se desarrolla entre el famoso filósofo árabe y un entusiasta estudiante llamado Demogorgon, que ha venido a Persia a devolverle una visita para instruirse en los secretos más profundos de la naturaleza. El segundo, El Bosque de vida, o Diálogo que explica los escritos de Raimond Llull, transcurre entre el célebre mallorquín y el discípulo anónimo que, partiendo de Lombardía con el mismo objetivo, ha ido al encuentro del maestro en su isla natal.[3] Como se verá más adelante, las alusiones a las obras de Géber no son menos frecuentes en este segundo texto. Lo que ha atraído particularmente nuestra atención en la obra de Bracesco, es precisamente la interpretación alquímica de los mitos greco-romanos. En ello el autor encuentra recursos para apoyar la enseñanza de Géber y de Llull. Se puede hablar de una primera sistematización que, más tarde, será claramente desarrollada por Maier, y aún más por Pernety. Sin embargo el método de Bracesco parece un poco diferente. Maier y Pernety parten de una clasificación más o menos razonada (genealógica y cronológica) de los mitos, para explicarlos uno tras otro. Bracesco parece seguir un hilo de Ariadna que desarrolla a medida que pasa revista a los mitos que aparecen, al menos exteriormente, mucho menos ligados entre ellos. Ciertamente este procedimiento no es menos interesante. En las páginas que siguen proponemos al lector la traducción de un extracto del segundo diálogo, El Bosque de vida.[4] Las alusiones a las páginas anteriores no son raras, pero no deberían impedir tener una comprensión global de los propósitos atribuidos aquí a Raimond Llull. Las referencias numeradas de la obra de Géber que da a veces el texto latín, parecen difícilmente utilizables, o sea inexactas; las hemos actualizado en lo posible, en las notas añadidas debajo de la página. 


EXTRACTO DEL BOSQUE DE VIDA RAIMOND: […] Para ocultar esta ciencia,[5] los Antiguos han utilizado un gran número de nombres, comparaciones, enigmas y sobre todo de fábulas poéticas. DISCÍPULO: En algún momento ya he querido decirte que es para mí gran motivo de asombro ver a hombre eminentes y sabios ocultar esta ciencia de alguna manera divina bajo el velo de estas ficciones y quimeras. Pero si tú consigues hacerme comprender la cosa, te seré perpetuamente deudor. Pues nunca encontré a nadie que las haya explicado en otro sentido que el moral. RAIMOND: ¡Los antiguos sabios enseñaban las costumbres mediante actos y discursos públicos![6] Aquel, pues, que no conoce esta ciencia está en la imposibilidad de saber lo que ellos han querido significar con todos estos nombres de dioses, su genealogía, sus amores y sus metamorfosis. Si tu no crees que tal sea el sentido de estas fábulas, ve a ver el Tratado de los minerales, de Alberto (I, 2, 8), donde los expone en este sentido. Según sus declaraciones, la fábula de la Gorgona cuenta cómo ella petrifica a todos aquellos que la miran. Pues bien, es a la fuerte potencia de los minerales a la que se le ha dado el nombre de Gorgona.[7] Se dice que su aspecto representa la disposición que tienen los humores de los cuerpos en lo tocante a la facultad petrificante. He aquí las explicaciones de algunos Antiguos tales como las que acabo de decir. DISCÍPULO: Yo no las comprendo aún. RAIMOND: Lo que te digo ahora es que en los azufres hay una fuerte potencia mineral que endurece y fija: esa es la que está significada por la Gorgona. El hecho de mirarla expresa la relación entre los humores o vapores metálicos y esta virtud petrificante. Pues cuando los humos suben, a lo largo del cuello del vaso, después descienden y tras muchas repeticiones acaban por unirse a los susodichos azufres y se transforman en un piedra muy preciosa. Los poetas también escriben que los griegos vieron a una serpiente que subía a un árbol.[8] En la cima encuentra a la madre con todos aquellos a los que se come. Ella misma, la serpiente, inclinando la cabeza, se cambia en piedra. La serpiente representa el vapor y la humedad radical de los metales. En efecto, antes de la cocción ésta es muy venenosa y es designada con los nombres de serpiente, dragón, león, oso y basilisco, porque tienen una naturaleza feroz y venenosa. Este vapor, pues, sube por destilación en el vaso y allí encuentra a los hijos, es decir, a estos dos azufres, con la madre, es decir, con la plata viva femenina por la cual estos azufres han sido disueltos. Se los come a todos porque ella disuelve estos azufres y los atrae. Pero puesto que este vapor sube y después desciende a través del cuello del vaso, y se deseca al mismo tiempo que estos azufres, se convierte en piedra. La Escritura santa dice que huyendo del fuego la esposa de Lot miró hacia atrás, en contra de la orden recibida de Dios, y que por esta razón se convirtió en estatua de sal.[9] Alfidius dice: “Antes de que obres te voy a describir una buena medicina: es preciso que sea húmeda, y cuando se cueza debe coagularse y espesarse como la sal, la nieve, el granizo, y tener un dulce sabor, el vientre negro y el color blanco”.[10] DISCÍPULO: ¿Qué quiere decir por el “vientre negro”? RAIMOND: Se quiere decir que esta materia, aunque blanca al principio de la cocción, sin embargo tiene una negrura oculta en su interior. Ésta proviene de una untuosidad abrasiva que no ha sido separada totalmente. Es por lo que el primer signo que aparece en la coagulación es la negrura [llamada] “cabeza de cuervo”, que dura cuarenta días después de la coagulación. Después se vuelve blanca, en la medida en que esta humedad es consumida. Se pone también en escena a Júpiter, en cólera contra su padre Saturno, cortándole los órganos genitales con una afilada guadaña, que caen al mar y de cuya sangre asociada a la espuma del mar nace Venus. Por Saturno se entiende esta sal antes de la separación de sus tierras. Se dice que es padre de Júpiter (Iovis pater), en efecto, porque él engendra a Júpiter (Iupiter) una vez separadas las tierras (separatas terris). Pues cuando esta sal ha sido puesta en el vaso sobre el fuego, Júpiter, en cólera y alterado a causa del fuego, se disuelve en un agua sutil significada por la guadaña afilada. Con ésta corta, separa y arrastra las partes masculinas, a saber, el azufre de esta sal llamada Saturno, y descienden juntos en el vaso. Es por lo que se dice que caen en el mar (mare), es decir, en esta agua de sal amarga (amari). De esta sal y este azufre se engendra Venus, como acabo de decir. Esta agua amarga es el carro de Faetón, llamado Eridano (Eridanus) porque en ella desciende el Sol y el espíritu fétido llamado bronce (aes) y Venus.[11] Se dice que Dédalo, encerrado en el laberinto junto con su hijo Ícaro, hizo unas alas con largas plumas, las unió con cera a él mismo y a su hijo y con ellas se elevaron fuera del laberinto a través del aire. Pero Ícaro, volando muy alto, cayó en el mar donde se ahogó, pues el Sol había fundido la cera. Sin embargo las olas del mar lo empujaron hasta la orilla, y su padre lo enterró en la arena. DISCÍPULO: Me gustaría muco tener una explicación de ello. RAIMOND: Yo no podría probarte mis declaraciones encadenando largamente, porque deseo ser breve. Por Dédalo, el padre de Ícaro, se designa otro azufre llamado arsénico. Según Géber, en efecto, el arsénico tiene una materia sutil parecida al azufre.[12] También dice que la medicina específica y fusible de Marte es el arsénico.[13] Pues este último es la parte más sutil del azufre llamado Marte, y esto es porque ella tiene la naturaleza de la sal que es fusible y soluble. Por el laberinto donde están encerrados se designa la cal de nuestro metal, en la cual tiene estos azufres. Las alas con las que se elevan y se subliman son aquellas de las que habla Géber: “Los cuerpos que tienen la necesidad que se les administre una cosa que los eleve son Venus y Marte, porque son lentos en fundirse. Venus tiene necesidad de una tutía, y Marte del arsénico, y con ellos se subliman fácilmente porque les convienen mucho”.[14] DISCÍPULO: Creo que este pasaje es de los que sólo Géber y tú podéis comprender. RAIMOND: Ya te he dicho que por los cuerpos, muy a menudo, se entiende estos azufres llamados Marte y Venus que son lentos en fundirse y disolverse, al no tener Marte las partes saladas y Venus participando poco. Es por lo que se les destila apremiando el fuego y quemando el aludel, como así lo dice Géber.[15] Venus, pues, para ser sublimada necesita la tutía del humo o el agua susodicha. Pues según Géber: “La tutía es el humo de los cuerpos blancos”,[16] es decir, de esta sal llamada plomo, estaño y Luna. Es con estas alas como se sublima en el exterior este Saturno extraído de la cal metálica. Las alas con las cuales Marte, en el momento de la putrefacción, se sublima fuera de su cal representan el arsénico. Pues la humedad y la acidez del vinagre, actuando (mediante el calor del estiércol) en un cuerpo calcinado, disuelve y atrae la substancia de la sal. Con esta última también atrae el azufre sutil llamado arsénico, encerrado en la profundidad de la misma sal. Este azufre sutil es de la substancia del azufre llamado Marte, y es por lo que el azufre sutil llamado arsénico atrae de él mismo, eleva y sublima, junto con la sal, al azufre más espeso llamado Marte. En efecto, en ese momento están todos juntos y unidos y uno no puede elevarse sin el otro. En cuanto a la cera con la que se pegan las alas se trata de la sal de la que acabamos de hablar, viscosa como la cera blanca. Después, puesto que por la destilación, el azufre sutil designado por Ícaro se eleva hacia las alturas, es decir, hacia la cabeza del alambique, donde es llevado por esta agua designada por el águila de Júpiter, cae en el agua. En efecto, el calor disuelve esta sal en el agua y este azufre cae allí y allí muere, puesto que se vuelve negro. Pero es proyectado hacia la orilla por esta agua, es decir, hacia la superficie de esta película o navecilla de la que ya hemos hablado. Pues la parte oleosa siempre sobrenada. Es por lo que cuando el agua es desecada, este arsénico es sepultado en la arena, es decir, en este azufre llamado Marte, que ha sido sutilizado para volverse como una arena muy sutil y luciente. DISCÍPULO: Soy incapaz de comprender estas explicaciones, pero creo lo que tú dices, puesto que eres un maestro en este arte. RAIMOND: Cuando veas la práctica las cosas te parecerán manifiestas. Los poetas dicen también que Júpiter enamorado de Io, que le huía, la envolvió en una nube espesa y sombría de manera que fue detenida en su carrera. Por Io[17] se designa esta agua mercurial de la que acabamos de hablar y que es amada por Júpiter, puesto que son de la misma substancia. Pero cuando se pone a los dos en un vaso al fuego esta agua muy sutil huye a lo largo del cuello del vaso y después retorna. Júpiter envuelve a este sutil azufre en forma de nube espesa y negra que la coagula y la afirma. Estas películas negras (de las que ya he hablado) son las velas negras que permiten a Teseo volver a Atenas. Al verlas su padre Egeo y creyendo que Teseo había muerto se tiró al mar desesperado y allí pereció. Por Teseo, pues, se designa este azufre sutil que se oculta en esta película o aceite designado por el navío. Entonces Egeo, es decir, el azufre llamado Marte, que es el padre de este azufre sutil, se tira al mar, es decir, en esta agua de sal, donde se disuelve y muere, puesto que vuelve a ser negro. Y aún está escrito que tras el diluvio y el desecamiento de las aguas, la tierra productora de animales también produjo una serpiente llamada Pitón, a la que Febo mató con sus flechas. En la destilación de nuestra materia, al ser el fuego primeramente lento, sobreviene un diluvio, es decir, una cierta acuosidad de la que Géber habla;[18] y cuando esta acuosidad ha sido apartada y el fuego ha sido aumentado, sobreviene la tierra, es decir, nuestra materia que participa de mucha ferruginosidad, y que produce los animales, es decir, esta cosa sutil llamada azufre y azufres. Pues ella la destila, según el decir de Senior, y se le llama animal y animales. En efecto, en la Turba de los filósofos: “Nuestro bronce es como un hombre que tiene una alma (animam), un cuerpo y un espíritu”.[19] Ella produce también la serpiente llamada Pitón, es decir, esta agua fétida que Febo, nuestro Sol, mata, es decir, coagula y ennegrece. También se relata que Apolo, preso de amor por Dafne, la perseguía mientras ella huía. Apolo es nuestro Sol que en la destilación sigue al agua mercurial designada por Dafne. También se ha imaginado que Febo y Baco eran hijos de Júpiter. Por Febo y Baco se entiende el azufre llamado más arriba Sol y el vino que, destilado por este Júpiter que retiene una parte, es llamado por esta razón hijo de Júpiter. Se escribe también que Minerva era hija de Júpiter. Pues Júpiter hendió su propia cabeza y de un salto salió de su cerebro Minerva armada. Por Minerva se entiende el agua mercurial porque disminuye (minuit) y sutiliza los nervios (nervos), es decir, los azufres. Júpiter, pues, golpea mediante el fuego su propia cabeza, es decir, esta sal llamada Saturno, en la cual hay esta sal sutil, blanca, blanda y húmeda que significa el cerebro. Es por la destilación que sale Minerva, armada y habiendo revestido esta parte muy sutil y fusible de Marte. Se cuenta aún que Vulcano, preso de amor por Minerva, la perseguía con todas sus fuerzas. Por su parte ella le huía y lo despreciaba. Como la suerte permitió a Vulcano acercarse a ella la cogió por sus vestimentas y, en el exceso de su deseo, derramó su simiente en tierra. De esta simiente nació un hijo. Después Minerva fue dejada en paz. Por Vulcano se entiende este azufre llamado fuego y Marte, que quiere mucho a esta agua mercurial designada por Minerva. En efecto, ellos estaban juntos en su propio metal. Pero puesto que se separan fácilmente, teniendo las naturalezas diferentes, se dice que Minerva le huía. Sin embargo el azufre acercándose a ella y cogiéndola antes que se separe, deja su simiente, es decir, esta parte sulfurosa muy sutil llamada arsénico, sobre la tierra de esta sal llamada Saturno. Por destilación nace un muchacho que más arriba he llamado Ganímedes, Apolo y Febo. Finalmente esta agua es dejada en paz porque ella impide la fijación. Sin embargo ella es necesaria para sostener la vida humana largo tiempo.[20] Algunos dicen también que Marte era hijo de Júpiter y de Juno, pero otros dicen que de Juno sin padre. Aunque a menudo se entienda por Juno al aire, es decir, el agua mercurial, se la toma por el elemento tierra cuando se dice que es hijo de Juno sin padre.[21] Júpiter, pues, y Juno, designada por el elemento aire, se encuentran tras la putrefacción, junto con Marte. Este último al ser separado de su vientre se le llama hijo suyo. Pero puesto que, en cierta medida, el hijo reúne las costumbres del padre y la madre, y como Marte o este azufre es completamente desemejante de nuestro Júpiter, siendo Marte cálido y seco, rojo, duro, sin fusión y privado de plata viva, y siendo Júpiter frío y húmedo, blanco, blando, fusible y una plata viva mortificada, por esta razón se dice que es hijo de Juno sola, entendiendo por ella al elemento tierra. Lo mismo para el azufre y la grasa de la tierra, al no tener semejanza con el agua mercurial. DISCÍPULO: No se que decir a propósito de las explicaciones que propones. Me quedo estupefacto, y creo que si las tuviera que enseñar a otros me tratarían de loco. RAIMOND: Ya te he dicho que no se pueden comprender sin haber visto la práctica. Y si ellos te despreciaran primero, te alabarían después. Por otro lado se dice que Vulcano es hijo de Júpiter y de Juno. Al ser deforme, tras su nacimiento fue echado sobre Lemnos, donde fue alimentado por los monos.[22] Lo que ya he dicho sobre Marte puede entenderse también a propósito de Vulcano. Puesto que es deforme y feo, es decir, que antes de ser lavado tiene esta untuosidad abrasiva y no tiene las partes caliginosas, es rechazado y separado de los otros a causa de la diferencia de naturaleza, de fusión, espesor y rareza, como lo dice Géber.[23] Este también dice que la plata viva sólo toma aquello que es de su naturaleza.[24] Es proyectado, pues, sobre la isla de Lemnos, es decir en el vaso donde caen las flechas,[25] es decir, los azufres engendrados por los vapores cálidos y secos. Allí es alimentado, es decir lavado, por los monos, es decir, por aquellos que imitan a la naturaleza, y allí es conducido a la perfección. Se escribe que Vulcano ha desposado a Venus. Géber dice que el arsénico llamado Venus es comparable al azufre.[26] Se dice que Apolo es hijo de Vulcano. Por Apolo se entiende nuestro Sol que, al ser la parte más sutil de este azufre llamado Marte y Vulcano, pasa por ser su hijo. DISCÍPULO: Dime en qué caso se entiende por Juno el elemento aire. RAIMOND: Se dice que Juno es hija de Saturno y de Opis,[27] hermana y esposa de Júpiter; concebida y nacida antes que Júpiter; es reina de los dioses y de las riquezas; preside los nacimientos y los desposorios; que por esta razón es llamada Juno (Iunonem), es decir, la que junta (iungeret) por el matrimonio. El agua mercurial es hija de Saturno, puesto que es destilada por él, como también por su tierra designada por Opis, ya que ésta da las riquezas, a saber, el agua mercurial y Júpiter, es decir, la sal oculta en las heces quemadas. Sobre estas heces, Hermes, su discípulo Metuendus y el filósofo Mireris dicen: “En las cenizas hay lo que tú buscas”. Además dice Hermes: “Toma las heces que quedan en el fondo del vaso y consérvalas porque ellas son la corona del corazón; sublímalas porque se subliman blancas como la sal”. La misma cosa está escrita en el Libro de las cosas divinas. Géber dice también que la separación de las heces es posible mediante la sublimación de las sales, a causa de la disolución de las sales, que no se produce de otra manera.[28] Las maneras de lavar estas heces quemadas las describe en el Libro de la investigación: “Que se disuelva el atramento negro en el vinagre puro o en el agua hirviente. Después que se destile por el filtro y que se coagule y estará preparado; o que se le meta primero en el alambique y que se le quite toda la humedad”.[29] En la primera destilación, pues, se destila esta agua mercurial designada por Juno. Después se extrae la sal preparada designada por Júpiter. Es por lo que se dice que, en el mismo engendramiento, Juno nace antes que Júpiter. He aquí también lo que quiere significar Géber cuando hablando de esta agua mercurial que viene de su cal más viva que el mismo Júpiter.[30] Se dice que supervisa los partos porque por la destilación arranca en sus tierras y hace salir a la luz a nuestro Febo. Preside los matrimonios porque es el medio para unir las tinturas, como ya lo he dicho. Es por lo que Morien dice que el alma, es decir, nuestro Sol, no puede ser unido al cuerpo del azufre sin la mediación del espíritu; que el alma sólo puede ser unida al cuerpo del que ha sido extraída; que si se intenta unirla a otro cuerpo se trabajará en vano.[31] Se le llama hermana y esposa de Júpiter porque ha nacido en el mismo parto, esposa porque es de la misma substancia; reina de los dioses paganos designados por nuestros metales, azufres y sales, porque es ella quien los rige, y por ella que nacen, que son disueltos, sutilizados, separados, unidos, muertos, vivificados y por ella fructifican, lo que hace que se la califique de reina de las riquezas (opum). También se presenta a Venus como hija de Dione y Júpiter, y esposa de Vulcano, amada por Marte. Por Dione, Vulcano y Marte, se entiende este azufre llamado vino, fuego y Marte. Por otro lado tú podrás encontrar las etimologías de los nombres. El azufre llamado Venus, tras la destilación parece como vino. Esto es porque es destilado a partir de la sal llamada Saturno, en el cual hay la luna y Júpiter, que se dice que es su hijo. Se dice que Amor es hijo de Júpiter y de Venus. Por Amor se puede entender este azufre sutil llamado más arriba Febo. Pues al estar compuesto del mercurio llamado Júpiter y del azufre llamado Venus, se dice que es su hijo. Se dice también que Latona ha sufrido la violencia de Júpiter y esto es porque Juno, esposa de Júpiter, desciende del cielo y la proscribe a la isla de Delos, donde da a luz a Febo y a Diana. Por Latona se entiende lo que acabo de decir de Amor, compuesto, en efecto, de Júpiter y de Venus. Juno, es decir, el agua mercurial, desciende del cielo, es decir de la cabeza del alambique hecho en forma de bóveda celeste. A este cielo ha sido llevado también Ganímedes, es decir este azufre. Juno lleva y proscribe a esta Latona en el vaso, donde permanece hasta que se cambia, primero en Luna y después en Sol. He aquí lo que Géber ha querido significar diciendo: “Hemos visto en las minas de bronce de donde salía un agua que lleva consigo pepitas de bronce muy sutiles y que las lava y limpia por su continua emanación, hemos visto digo, que tras la detención del derramamiento del agua el calor del Sol las había cocido con arena seca durante tres años; y entre ellas se ha encontrado al Sol muy verdadero”.[32] DISCÍPULO: La razón de que no te haya respondido hasta ahora es que no comprendo estas fantásticas explicaciones. Pero en el momento en que hables abiertamente podré decirte algo… RAIMOND: ¡Si tu cerebro es débil y no captas estas explicaciones, al menos no las critiques! Pero ¿qué quieres decir tú? DISCÍPULO: Quiero decir que Géber habla naturalmente puesto que a veces llega como las aguas que atraviesan las minas y arrastran una parte de la mina, como ya lo he dicho antes. Es por esto que nos dice que hemos de imitar la naturaleza. RAIMOND: ¡Tú eres muy crédulo si piensas que la naturaleza puede convertir el bronce en oro! DISCÍPULO: Entonces ¿a qué hace alusión Géber? RAIMOND: Se trata aquí de uno de esos pasajes donde parece que habla abiertamente y sin embargo habla muy oscuramente. Pues la mina de nuestro bronce es esta sal llamada más arriba Saturno. Por destilación, el agua mercurial sale y arrastra a este azufre sutil llamado bronce. Este último es lavado de su untuosidad negra mediante el flujo continuo de estos vapores acuosos que suben y se vuelve blanco cuando estos vapores cesan. Pero después de tres meses se convierte en un Sol muy verdadero, una vez puesto el vaso en la arena o las cenizas con un fuego atemperado. ¡En fin, basta de discurso! La explicación de Géber y de este género de fábulas poéticas se funda sobre todo lo que he dicho antes respecto a los metales intrínsecos. Es por lo que no te explicaré más, por el momento, sobre otras fábulas pues tú podrás comprenderlas por ti mismo después de lo que te acabo de decir, sobretodo si quieres considerar la etimología y el significado de los nombres que usan los Antiguos en sus fábulas. DISCÍPULO: ¡Te lo agradezco infinitamente! […] [1] . Citado por A.-J. Pernety, Les Fables égyptiennes et grecques dévoilées, París, 1786 [reeditadas por La Table d’émeraude, 1982] t. I, p. IX. [2] . Cf. M. Maier, Les Arcanes très secrets, Beya, Grez-Doiceau, 2005, p. 13. Por otro lado los pasajes de la obra de Bracesco han sido a menudo utilizados por Nadine Coppin en su comentario sobre La Caída de Ícaro (cf. Via Hermética, nº 2, octubre 2007) en http://www.beya.com/, [el lector de este blog también encontrará aquí una traducción de dicho artículo]. [3] . El texto latín de los dos diálogos se encuentra en J.-J Manget, Biblioteca chemica curiosa, Genève, 1702 [rééd., por Forni en 1976], t. I, p. 565-597, y 911-938. Verosímilmente este discípulo representa a Bracesco mismo. [4] . Hemos seguido el texto de Manget, op. cit., p. 923-927 [sólo hacer notar que por un error de numeración las pp. 925 y 926 son inexistentes]. [5] . La alquimia. [6] . No tenían necesidad, pues, de ocultarlas. En el primer Diálogo Bracesco es menos conciso y también menos sensible en su argumentación: “Sería preciso ser muy idiota para cree que estas ficciones tenían como objetivo ocultar na doctrina moral ensalzada y tan activamente enseñada, tanto en público como en privado, en palabras y actos, sin que faltara ninguna clase de virtud” (cf. J.-J. Manget, op. cit., p. 583). [7] . El primer sentido del adjetivo griego γοργός es “vehemente”, “impetuoso”. [8] . Cf. Homero, Ilíada, II, 308-309. La serpiente ataca allí a los gorriones. [9] . Cf. Génesis, XIX, 24-26. [10] . No hemos encontrado esta cita de Alfidius entre aquellas que le son atribuidas en el Rosario de los filósofos. [11] . Conduciendo el carro del Sol, Faetón cae en el Río Po, antiguamente el Eridano, nombre que significa “don de bronce”. Bracesco identifica carro y río. [12] . Cf. Géber, “La Suma de la perfección”, pp. 157 y 218, en: J. Mangin de Richebourg, Bibliothèque des philosophes chimiques, Beya, Grez-Doiceau, 2003, t. I. [13] . Cf. ib., p. 255. [14] . Ib., p. 195; cf. también pp. 246-247. [15] . Cf. ib., pp. 181, 191, 192 y 195, sólo es cuestión de inflamar el aludel. [16] . Ib., pp. 222 y 223. [17] . El texto latino dice Iovem que nosotros corregimos por Ionem. [18] . Cf. ib., p. 182 y sobretodo p. 189. [19] . Cf. “Turba de los filósofos”, pp. 463 y 493, en J.-J. Manget, op. cit. [20] . Estas últimas palabras son una respuesta a la cuestión que ocupa al discípulo según el principio del Diálogo, a saber, cómo los Antiguos “se sostenían viviendo largo tiempo sin ninguna enfermedad”; cuestión a la que Llull ya había respondido: “Los primeros tenían el árbol de la vida, que les protegía de la muerte” (J.-J. Manget, op. cit., p. 911). [21] . Los Antiguos generalmente identificaban a Juno con el aire, apoyándose, por ejemplo, en el nombre de “Ηρα”, “Hera”, anagrama de άήρ, “aire”. La identificación de Juno con la tierra es suficientemente explícita, entre otros, en Virgilio, Geórgicas II, 325-326. He aquí el comentario de Servius sobre estos dos versos: “A veces se asimila a Juno con el aire y a Júpiter con el Éter, y a Juno con la tierra y el agua, como es este caso”. [22] . Cf. Homero, Ilíada, I, 590 a 594. Este célebre episodio ha sido comentado por S. Feye, La Caída de Hefaistos, en Le Fil d’Ariane, Walhain-St-Paul, 1981, nº 12, pp. 19 a 29. Los Σιντιες, “Sintios” habitantes de la isla de Lemnos, se vuelven en Bracesco simiae, “monos” o “imitadores”. Pernety, en sus Fábulas mantiene esta denominación de “simios”. [23] . Cf. Géber, op. cit., pp. 238 y 269. [24] . Cf. ib., pp. 220 y 223. [25] . Posible alusión a las flechas de Filoctetes abandonado en Lemnos. [26] . Cf. ib., pp. 155 y 157. “Comparable” traduce el latín comprar, que se puede dar también por “esposo”, “esposa”: que forma “pareja con” alguien. [27] . O de Ops; el nombre ops, opis, significa “opulencia”, “riqueza”. [28] . Cf. ib., pp. 184-185. [29] . Géber, “Libro de la Investigación”, p. 559, en J.-J. Manget, op. cit. [30] . Cf. id., “La Suma de la perfección”, pp. 160, 204 y 205. [31] . Cf. Morien, “Conversación del rey Calid con el filósofo Morien”, pp. 328 y 329, en: J. Mangin de Richebourg, op, cit. [32] . Géber, op. cit., p. 172.